Esta poesía egipcia de amor fue compuesta entre los años 1200-1150 a. C. aproximadamente, durante la XX dinastía.
Mi corazón se me escapa
cuando pienso en tu amor.
No me deja comportarme con normalidad:
¡salta de su sitio!
No me deja ponerme la túnica,
no puedo ponerme el manto,
no puedo pintarme los ojos,
¡no puedo ni siquiera perfumarme!
«¡No le esperes, ve a su casa!»,
me dice cada vez que pienso en él.
¡Ay corazón, no me hagas quedar en ridículo!
¿Por qué te comportas como un loco?
Cálmate, sosiégate,
hasta que el amado venga a ti;
entonces ya haré yo muchas locuras.
No dejes que digan de mí:
«Se ha vuelto loca de amor».
Sé fuerte cuando pienses en él,
corazón mío, ¡y no te me escapes!
La poesía egipcia de amor que acabamos de leer pertenece, como al anterior poema egipcio aquí publicado (puedes leerlo en este enlace si aún no lo has hecho), a una colección de siete piezas que tiene, recordemos, una curiosa peculiaridad: todos los poemas comienzan y terminan con el número que en ella ocupan, o con una palabra de similar pronunciación. Este es el cuarto poema, de modo que empieza y acaba con el vocablo «escapar», que en antiguo egipcio suena igual que el término «cuatro».
Se entiende sin necesidad de muchas explicaciones: una muchacha enamorada se siente incapaz de controlar su propio corazón. Esto es algo que se repite con frecuencia en la lírica amatoria arcaica. Algo que llega hasta nuestros días: no hace falta pensar mucho para dar con alguna canción de éxito que hable de los ingobernables impulsos del corazón enamorado. Es otra forma de subrayar que el amor nos asalta y nos arrastra sin que podamos hacer nada por impedirlo o controlarlo. En el corazón repercuten intensamente, nos dice la medicina moderna, las emociones; tal vez esta sea la razón de que, en todas las literaturas, se asocie al amor con tanta insistencia.
Pero en el antiguo Egipto el corazón revestía una importancia especial. Recordemos que, tras la muerte, se pesaba en una balanza durante el juicio de Osiris para determinar el destino del difunto en el más allá. El corazón podía escapar, creían los egipcios, hacia el objeto de su deseo, dejando a su «dueño» confuso, desorientado. Esto es lo que le ocurre a la mujer del poema. Tal es la independencia del corazón que la muchacha se dirige a él, conversa con él, algo que también se encuentra, ya lo veremos, en otras literaturas.
El corazón de la muchacha no la deja vestirse, pintarse ni perfumarse. Esto destaca la potencia de su pasión, que le impide hacer hasta lo más cotidiano y sencillo. Además, la empuja a tomar la iniciativa: «¡No le esperes, ve a su casa!». Pero ella prefiere mantener las formas y dejar que sea él quien la busque para evitar las habladurías del vecindario vigilante, tantas veces mencionado en estos poemas. Tal vez lo que la muchacha pretende, a lo largo de toda la pieza, es explicar esta aparente frialdad: «Si no voy a ti, no es porque no lo desee, no es porque no te quiera; en realidad estoy loca de amor, no puedo comportarme con normalidad, el corazón se me sale del pecho por ti». La mujer de esta hermosa poesía egipcia de amor parece afirmar rotundamente, de hecho, su decisión y su arrojo (digo «parece» porque la traducción del verso es problemática): cuando el amado llegue, «ya haré yo muchas locuras».
Si te ha gustado esta poesía egipcia de amor, te gustarán:
LIBROS: LOS POEMAS DE AMOR MÁS ANTIGUOS DEL MUNDO
ERÓTICA: HECHIZO ACADIO DE AMOR
CUADERNO DE VIAJES: LA LEONA DEL SERENGUETI
BIBLIOGRAFÍA
Podéis leer este y otros poemas de amor arcaicos en mi libro Los poemas de amor más antiguos del mundo. Son interesantes, además, las siguientes obras:
FOX, M. V., The Song of Songs and the Ancient Egyptian Love Songs, Wisconsin, University of Wisconsin Press, 1985.
LICHTHEIM, M., Ancient Egyptian Literature. Volume II: The New Kingdom, Berkeley, University of California Press, 1976.
MATHIEU, B., La poésie amoureuse de l’Égypte ancienne, El Cairo, Institut français d’archéologie orientale, 1996.
ROBINS, G., Las mujeres en el antiguo Egipto, Madrid, Akal, 1996.
Bello poema
¡Gracias!
Pienso que es un documento valiosísimo. Los tiempos cambian pero los sentimientos siguen siendo los mismos, se me ha venido a la mente Catulo que, en los tiempos de César, penaba en la misma dirección, se hablaba a sí mismo y hacía hablar a su corazón.
Un saludo.
Sin duda son textos de enorme valor histórico y literario. Que, efectivamente, nos hacen ver que no somos tan distintos de quienes vivieron hace miles de años. Catulo es otra prueba de ello, además de absolutamente único. ¡Gracias!
Preciosísimo!
¡Me alegra que te guste!
poema eterno como el eterno amor!!! Gracias por tanta dulzura
¡De nada!
Hola, no logró moverme fácilmente en la página para buscar, tengo una pregunta para ti ¿tienes traducciones de poemas del libro de los muertos egipcios? Estoy realizando un estudio para filosofía y ha sido díficil por el tema de las traducciones. Gracias
¡Hola! No, no he traducido nada del Libro de los muertos. Hay una traducción de Federico Lara Peinado en la editorial Tecnos que, según tengo entendido, es buena. Para buscar en la página puedes acudir a las pestañas de la parte superior, que dan acceso a las distintas categorías. ¡Saludos!
Es una delicia el poema egipcio, muy bonito y definitivamente el amor es y ha sido siempre algo maravilloso. Gracias
Somos los mismos, ya ves. ¡Gracias!
Ahora te pido,por favor,poder compartir directamente de tu publicación,son hermosos y desconocidos poemas que merecen ser disfrutados por más gente,gracias.
¡Adelante!
¿Quien lo ha escrito y quien lo ha traducido al castellano?
No sabemos quién lo ha escrito. Al castellano lo he traducido yo.
Hermoso poema,sencillo pero profundo!!!
El amor profundo y pasional, una vez en la vida. Precioso poema. Egipto me atrajo desde los diez años, leí y leí. Estuve allí.
Maravilloso Poema me llegó hasta el Alma felicitaciones por la aportación un tesoro para el Corazón ❣
Simplemente bellísimos, se me erizan los bellos