Humo sensual
amasándome un yo visceral;
¿dónde estás,
mi real
quimera?
Gris soledad;
sin tu pulso mi sangre es cristal;
¿dónde estás,
mi última
primera?
Conocer,
destruir,
respirar,
despertar
es morir:
nada quiere ser sin ti.
Sin tu piel,
caramelo de luna y de miel,
voy desnudo en carne viva,
caminándome hacia atrás…
En mi soledad.
Vas, de mi ver,
empapándolo todo de ti,
y el mar,
la ciudad
sonríen.
Ya no sé
si soy yo,
si tu estás
o los dos;
¿Qué más da?
Si tú soy, yo eres:
nada más.
Háblame,
sal de ti,
sé tu voz
para mí,
que te quiero tan desnuda
que te pueda respirar.
Yo ya no
necesito tu cuerpo, mi amor,
que tu voz es el viento
y tú, el universo.
Colar un poemita propio entre las grandes joyas que venimos leyendo y explicando ya es suficiente osadía como para agravarla explicándolo también. Diré sólo un par de cosas en torno a las circunstancias que lo rodean.
Hace años, mis queridísimos Dave Gómez, Rafa Arjonilla, Patrick Rodríguez y Héctor el Turko formaron un grupo musical (Evohé) y me invitaron a unirme como letrista. El proyecto me entusiasmó porque somos amigos desde la infancia y porque son unos músicos extraordinarios. En 2007 lanzamos un primer (y, hasta la fecha, único) disco; el poema que acabáis de leer es la letra de la cuarta canción, «1 + 1 = ∞». En ella, mi hermano, Víctor Pérez, colaboró al piano. Aquí os la dejo.
La letra está llena de faltas, inmadurez y cosas que hoy no escribiría, pero le tengo cariño porque la canción me parece preciosa y porque formó parte de un proyecto en el que cinco amigos se entregaron con pasión a dar lo mejor de sí.
Si te ha gustado este poema de Evohé, te gustarán:
Simplemente bellisimo!
¡Gracias!
Desde que conocí la canción tengo una parte de ella como tono de llamada. Todo el mundo me pregunta que quienes son. Es un discazo y la canción, para mi, una de las mejores de la historia y no exagero.