En línea con las recomendaciones de lectura que vengo haciendo en esta página, os traigo hoy una breve lista con las mejores novelas de la literatura rusa.
Rusia ha dado no pocas obras maestras a la literatura universal, sobre todo a partir de lo que se considera su siglo de oro, el XIX. Esta época dorada comienza con Pushkin, que, aunque murió en un duelo a la edad de 37 años, dejó un legado inmortal sin el que no existirían Tolstói o Dostoyevski. Se ubica aún en el Romanticismo, pero su empleo revolucionario de la lengua rusa será una de las semillas del florecimiento posterior. De Pushkin destacaré Eugenio Oneguin, que suele etiquetarse como novela en verso. El personaje que le da nombre es un prototípico héroe romántico: acomodado, hastiado, soberbio e hipersensible. En la trama desempeña un papel central un duelo como el que acabó con la vida de Pushkin.
Uno de mis favoritos es Gógol. Por su sentido del humor, sus tramas fascinadoras, sus personajes caricaturescos y su prosa ágil y chispeante. La gran obra de Gógol, Almas muertas, es una novela sorprendente, divertida, cuyo protagonista urde un plan, basado en recovecos burocráticos, para enriquecerse mediante la compra de siervos fallecidos. Destacan también, entre las obras de Gógol, las colecciones de relatos Mirgorod e Historias de San Petersburgo.
Se durmió a pierna suelta, como solo duermen los dichosos mortales que ignoran lo que son las hemorroides, las pulgas, y las grandes facultades del intelecto.
(Nikolái Gógol, Almas muertas, trad. de Alfredo Hermosillo)
Lérmontov, que murió como Pushkin en un duelo, a la temprana edad de veintiséis años, fue un brillante poeta que nos dejó además de sus versos una de las mejores novelas de la literatura rusa: Un héroe de nuestro tiempo, protagonizada, como Eugenio Oneguin, por un personaje byroniano: cínico, arrogante, sensual, nihilista.
Padres e Hijos, de Turguénev, es una novela sobre los eternos conflictos generacionales que se aparta plena y conscientemente del Romanticismo para reflejar la Rusia que al autor le tocó vivir. El enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo está servido cuando dos jóvenes universitarios llegan a la hacienda de la familia de uno de ellos para pasar sus vacaciones.
—¿Por qué no aceptas la libertad de pensamiento en las mujeres?
—Porque según mis observaciones, hermano mío, las mujeres que tienen libertad de pensamiento son horrorosas.
(Iván Turguénev, Padres e hijos, trad. de Bela Martinova)
Y llegamos a uno de los grandes: Dostoyevski. No me refiero solo a las letras rusas; en mi opinión, Dostoyevski está entre los escritores más deslumbrantes de la literatura universal. Su gran obra maestra es, a mi juicio, Crimen y castigo, una joya entre las joyas. Pero no podemos olvidar El idiota, Los demonios o Los hermanos Karamázov. Un querido profesor me dijo que Dostoyevski le carga un poco con su insistencia en que «allí, entre la mierda, en lo más profundo del lodo, encontrarás la luz». Efectivamente, los personajes de Dostoyevski, desquiciados, apuran las pasiones más destructivas, beben el cáliz hasta las heces, y entiendo que esto pueda resultar pesado o excesivo. Pero la visión de Dostoyevski me parece lúcida: hay esperanza en medio de la desolación, el hombre es un ser roto pero tiene arreglo, el valor para mirarnos a la cara a nosotros mismos a menudo solo lo encontramos al tocar fondo. Las novelas de Dostoyevski muestran una realidad esencializada, libre de todo lo accesorio, como si a través de sus ojos viéramos las cosas como realmente son. Y sus personajes extremos no son exageraciones, mucho menos distorsiones: son seres humanos desnudos. Los personajes de Dostoyevski son más reales que nosotros mismos.
No, en usted no hay ternura: solo hay verdad, lo cual no es justo.
(Fiódor Dostoyevski, El idiota, trad. de Mabel Greta Velis Blinova)
Cuanto más he odiado a la gente en particular, tanto más apasionado ha sido mi amor por la humanidad en general.
(Fiódor Dostoyevski, Los hermanos Karamázov, trad. de Augusto Vidal)
Tolstói también es un gran novelista, pero, a mi juicio, no alcanza la altura de Dostoyevski. Es la quintaesencia del realismo: minucioso, sistemático, omnicomprensivo. Dos de sus obras, verdaderos monumentos literarios, han alcanzado renombre internacional: Guerra y paz, extensa novela en torno a las guerras napoleónicas, y Anna Karénina, una historia de amor adúltero en el ambiente de la aristocracia rusa. No me resisto a dejar, como coletilla tal vez inoportuna, que Galdós no tiene demasiado que envidiarle a Tolstói.
Todas las familias dichosas se parecen, y las desgraciadas, lo son cada una a su manera.
(Liev Tolstói, Anna Karénina, trad. de Josefina Pérez Sacristán)
La razón principal de aquellas lágrimas era la contradicción terrible, vivamente sentida por él, entre su anhelo de algo infinitamente grande e indeterminado y la sensación de que él era un ser limitado y corpóreo, como también ella. Esa contradicción lo afligía y alegraba mientras la oía cantar.
(Liev Tolstói, Guerra y paz, trad. de Lydia Kúper)
Aunque estamos hablando de novela, es imposible no mencionar a Chéjov, uno de los grandes maestros del relato corto. Los escribió por miles. Su capacidad para captar el instante, la autenticidad de sus personajes, su estilo preciso, como de bisturí, o su ironía subyugan. Además, hace poco que contamos con una espléndida edición en español de sus cuentos completos, a cargo de la editorial Páginas de Espuma.
De Iván Bunin, el primer escritor ruso ganador del Premio Nobel, destaca Días malditos, una novela en forma de diario que recoge sus impresiones sobre la revolución bolchevique, y que constituye un valioso testimonio de lo ocurrido, además de un tesoro a nivel estético.
Isaak Bábel, que fue torturado y ejecutado durante el Gran Terror de Stalin, nos dejó, entre otras obras, Caballería roja, escrita a partir de sus experiencias como periodista durante la guerra polaco-soviética. Se trata de un conjunto de relatos que reflejan los horrores de la guerra con un estilo deslumbrante, lírico, cuajado de imágenes afortunadas. Os dejo algunas:
El sol naranja rueda por el cielo como una cabeza cortada, una luz delicada se enciende en los desfiladeros de las nubes.
El tren echó a correr sigiloso por la espalda muerta de los campos.
Las estrellas de acero se enredaban en las coronas de los robles.
(Isaak Bábel, Caballería roja, trad. de Ricardo San Sebastián)
Mijaíl Bulgákov es autor de una de las mejores novelas del periodo soviético: El maestro y Margarita, una sátira surrealista, deslumbrante, que sin duda sorprenderá y cautivará al lector que se acerque por primera vez a ella. Cuando, al principio de la historia, uno asiste a la aparición en Moscú del mago Voland acompañado de un gato parlante y de un sicario de grandes colmillos, tiene la certeza de que se lo va a pasar en grande.
El amor surgió entre nosotros, como surge un asesino en la noche, y nos alcanzó a los dos. Como alcanza un rayo o un cuchillo de acero.
—Y lo mejor de esta historia es —dijo Voland— que es mentira desde la primera palabra a la última.
(Mijaíl Bulgákov, El maestro y Margarita, trad. de Amaya Lacasa Sancha)
Doctor Zhivago, otra de las mejores novelas de la literatura rusa, es la historia de un médico y poeta a lo largo y ancho de una Rusia sacudida por la guerras. Es hermoso ver los terribles acontecimientos, las separaciones, el amor que nace, la muerte o la amenaza a través de los ojos de este hombre lírico, sensible e idealista.
En la oscuridad de la niebla había salido el sol y parpadeaba pálido entre las nubes. Era como esos cuerpos desnudos que salen del baño en medio del vapor.
La presencia del arte en la páginas de Crimen y castigo trastorna más que el crimen de Raskólnikov.
(Borís Pasternak, Doctor Zhivago, trad. de Fernando Gutiérrez)
Aunque no sea estrictamente una novela, hay que mencionar Archipiélago Gulag, el escalofriante testimonio del terror soviético escrito por Alexánder Solzhenitsyn a partir de su propia experiencia y de la de cientos de compañeros de infortunio. Antes de que yo la leyera, un buen amigo me dijo que «si juntásemos todos los horrores de Poe y de Lovecraft y los multiplicásemos por mil, tal vez nos acercaríamos un poco a Archipiélago Gulag«. Pero no es un texto morboso, ni mucho menos autocomplaciente. Solzhenitsyn emplea una prosa vibrante, diáfana, y no renuncia a un lúcido humor, más que negro, amargo.
Pero la línea que separa el bien del mal atraviesa el corazón de cada persona. ¿Y quién destruiría un pedazo de su propio corazón?
(Alexánder Solzhenitsyn, Archipiélago Gulag, trad. de Enrique Fernández Vernet y Josep M.ª Güell)
Y con esto llegamos al final de nuestro recorrido por las mejores novelas de la literatura rusa. Como viene siendo habitual en mis recomendaciones de lectura (tenéis más en la sección «Qué leer» de esta página), terminamos con una lista:
- Alexánder Pushkin, Eugenio Oneguin;
- Nikolái Gógol, Almas muertas;
- Mijaíl Lérmontov, Un héroe de nuestro tiempo;
- Iván Turguénev, Padres e hijos;
- Fiódor Dostoyevsky, Crimen y castigo y Los hermanos Karamázov;
- Liev Tolstói, Guerra y paz y Anna Karénina;
- Antón Chéjov, Relatos;
- Iván Bunin, Días malditos;
- Isaak Bábel, Caballería roja;
- Mijaíl Bulgákov, El maestro y Margarita;
- Borís Pasternak, Doctor Zhivago;
- Alexánder Solzhenitsyn, Archipiélago Gulag.
Si te ha gustado este recorrido por las mejores novelas de la literatura rusa, te gustarán:
Excelente compilación, de estás cuento con guerra y paz que no la he podido leer, pero lo haré este 2021
Los rusos son apasionantes.
Leerlos hace ya prescindible acceder a otra literatura . Excepto la francesa decimonónica.
Sólo pueden estar a su altura un Flaubert, o un Balzac.
Los rusos son apasionantes, pero no puedo estar de acuerdo con que solo la literatura francesa decimonónica esté a su altura. La griega, la latina, la española o la inglesa son superiores. Homero, Safo, Virgilio, Catulo, Ovidio, Horacio, Milton, Shakespeare, Dickens, Dante, Petrarca, Boccaccio, Cervantes, Quevedo, Lope…
Muy buenos comentarios y magnifica investigación, siga publicando para enriquecer nuestra cultura. Gracias, Saludos
Excelente lista, creo que le agregaría a Korolenko.
Magnifica información, sobre todo para aquellos que amamos la literatura rusa al igual que a la francesa. ¿Tendrá en preparación algún artículo similar sobre esta última?
También resulta, a mi modo de ver, de primera la literatura nórdica.
¡Muchas gracias! Lo próximo que escriba para esta sección será probablemente sobre literatura inglesa. O hispánica, ya veremos.
Buenisimos apuntes, gracias.
Excelente lista de novelas. Me faltan por leer un par, pero me alegra su propuesta.
Excelentes comentarios sobre la literatura Rusa, con sus novelas y autores más destacados en la historia. Gracias.
Excelente recopilación, mil gracias. Algunos los leí hace unos años, casi obligatorio retomarlos para leerlos desde otra óptica obtenida con los años. Muchas gracias.