Este es el poema número 397 del Natrinai, una antología india de 400 poemas amatorios en lengua tamil.
Se me consumen los hombros
con el paso de los días;
de mirar tanto el camino
largo y lejano del yermo,
mis ojos pierden su brillo,
incapaces de ver nada;
la razón me ha abandonado,
confundiendo más las cosas;
mi enfermedad se agudiza,
ha caído ya la noche.
¿Qué me va a pasar ahora?
No tengo miedo a la muerte,
tengo miedo de morirme
y reencarnarme después
sin recordar a mi amado.
Supongo que, nada más leer este poema del Natrinai, uno se pregunta: ¿Qué ha pasado? Enfermedad, locura, muerte… ¿Qué va mal en este amor? Como recordaréis quienes hayáis leído mis últimas publicaciones, dedicadas a las distintas antologías de la poesía amatoria tamil, esta se divide en cinco géneros que se corresponden con los estados de la relación amorosa: unión, espera, peleas… Cada uno de estos géneros se asocia con un escenario y sus elementos característicos, con un momento del día, con una estación del año, etc. Pues bien, hay un término que nos da la clave para interpretar el poema: «yermo». El yermo, la tierra abrasada por el sol, es el escenario del género palai, que trata de la adversidad en el amor.
Tenemos, por tanto, que el amado se encuentra lejos y la mujer se consume en su ausencia: adelgaza «con el paso de los días», clava sus ojos en el camino (que imaginamos seco e inhóspito) por donde espera que él regrese, comienza a perder la razón, enferma. Y, para colmo, cae la noche. La noche, momento feliz cuando los amantes están juntos, es especialmente triste y dura cuando se encuentran separados. De hecho, la caída de la noche es el momento propio de otro género, neytal, que nos habla de la separación y la espera ansiosa. Así que en este poema parecen fundirse dos géneros: el de la adversidad y el de la separación y la espera.
Le enamorada, cuando se pregunta «¿Qué me va a pasar ahora?», siente que solo le resta morir. Lo más «sensato», entonces, sería algo como: «No temo a la muerte porque, si muero, al menos le olvidaré y recuperaré la paz». Tendríamos algo de serenidad, un toque de esperanza. Pero no; a pesar de todos los tormentos, de la enfermedad, la soledad y la locura, que desaparecerían si ella olvidase al amado, lo que le da miedo es precisamente esto, olvidarle. Una declaración de amor absolutamente desgarradora.
Si te ha gustado este poema del Natrinai, te gustarán:
LIBROS: LOS POEMAS DE AMOR MÁS ANTIGUOS DEL MUNDO
VIAJES: GANDALF EN EL MUSEO DE EL CAIRO
ERÓTICA: KURUNTOKAI (POESÍA TAMIL II)
BIBLIOGRAFÍA
Podéis leer otros poemas de amor arcaicos en mi libro Los poemas de amor más antiguos del mundo. Son interesantes, además, las siguientes obras:
HIKOSAKA, S. y SAMUEL G. J. (eds.), Tamil Poetry through the Ages (vol. 1), Chennai, Institue of Assian Studies, 1997.
KANDASAMI, N., Narrinai: Text and Translation, Pondichéry, Institut français de Pondichéry, 2008.
MARR, J. R., The Eight Anthologies: A Study in Early Tamil Literature, Tiruvanmiyur, Madras, Institute of Asian Studies, 1985.
RAMANUJAN, A. K., Poems of Love and War, Nueva York, Columbia University Press, 2011.
VAIDEHI, Sangam Poems Translated by Videhi [en línea].
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