Así empieza el segundo capítulo del Cantar de los Cantares. Ya traduje y comenté el comienzo del primero (puedes leerlo aquí si aún no lo has hecho). El pasaje, aunque breve, tiene miga, como vamos a ver.
Soy una rosa del Sharón,
un lirio de los valles.
Como un lirio entre las espinas,
así es mi amada entre las doncellas.
Como un manzano entre los árboles del bosque,
así es mi amado entre los muchachos.
Me deleita sentarme a su sombra
y su fruto es dulce a mi boca.
Me llevó al salón del vino
y amoroso me asaltó.
¡Reanimadme con pasteles de pasas,
reavivadme con manzanas,
porque estoy enferma de amor!
Comienza la muchacha describiéndose a sí misma mediante dos metáforas: «Soy una rosa del Sharón / un lirio de los valles». La traducción de los nombres de estas flores es conjetural; no conocemos a qué especies se refieren exactamente. Estamos, en cualquier caso, ante un autoelogio femenino, un ensalzamiento de la propia belleza por parte de la mujer, algo que se repite con frecuencia en la poesía amatoria arcaica y que llega, por ejemplo, hasta la antigua lírica popular hispánica. No obstante, algunos estudiosos (Fox entre ellos), niegan esta interpretación argumentando que las flores parecen ser demasiado sencillas para que se trate de un autoelogio; lo que la muchacha estaría diciendo es algo como: «Solo soy una florecilla más entre las muchas que hay en el Sharón y en los valles». El Sharón es una llanura costera al norte de la actual Tel-Aviv; alude, según Víctor Morla, a las «zonas húmedas y fértiles» de la joven; los valles apuntarían a las partes más ocultas de su cuerpo. En cualquier caso, su belleza es sencilla y natural, fecunda, como la de las flores.
Entonces interviene el muchacho, que recoge y subraya el autoelogio de su amada: es única como una flor entre las espinas. Y ella, paralelamente, dice de él que es como un manzano, fructífero y agradable, entre los árboles salvajes del bosque. Ella es una flor; él, un árbol, erecto y fuerte, lo que podría entenderse como una alusión a su masculinidad. El árbol, además, proporciona sombra y cobijo: «Me deleita sentarme a su sombra». La sombra, en la Biblia, es imagen del hombre que cubre a su amada. Y el fruto «dulce a mi boca» parece apuntar a la unión erótica.
A continuación, la muchacha dice que el amado la lleva «al salón (literalmente, «casa») del vino». En el fragmento del Cantar de los Cantares que leímos anteriormente, ella le decía: «Tu amor es mejor que el vino«, embriagador, reconfortante. El siguiente verso es problemático, pero parece claro que hay un matiz militar en la expresión hebrea: el joven «asalta» a la muchacha, cae sobre ella amorosamente. La acción se ha precipitado, ya no estamos bajo la sombra plácida del manzano: él ha tomado la iniciativa, lleva a la mujer hasta esa «casa», la enajena como el vino, se apodera como un ejército de ella.
Hasta tal punto que la hace enfermar de amor. Cuando hablábamos del poema de Safo (puedes leerlo aquí), nos referíamos a este tópico universal del mal de amores. Para reponerse de la enfermedad, la muchacha quiere pasteles de pasas y manzanas, es decir, los frutos de su amado, cuyo amor es como el vino (pasas) y que se ha comparado con un manzano. Quizá lo que ella solicita es volver a estar con él: la medicina para la enfermedad del amor es… más amor.
El Cantar de los Cantares vuelve a desplegar ante nosotros la insólita potencia de sus imágenes, la belleza inagotable, abrumadora, que encierra. Volveremos a él, naturalmente. Si quieres que te avise (gratis, por supuesto) cuando publique nuevos poemas y comentarios aquí, deja tu dirección de correo electrónico en este enlace, donde dice «Forma parte de esto». Y no olvides visitar la bandeja de correo no deseado, porque es posible que los mensajes se almacenen allí.
Si te ha gustado este fragmento del Cantar de los Cantares, te gustarán:
LIBROS: LOS POEMAS DE AMOR MÁS ANTIGUOS DEL MUNDO
ERÓTICA: POESÍA ERÓTICA GRIEGA (SAFO)
VIAJES: BARRIO DE LOS CURTIDORES, MARRAKECH
BIBLIOGRAFÍA
Podéis leer este y otros poemas de amor arcaicos en mi libro Los poemas de amor más antiguos del mundo. Son interesantes, además, las siguientes obras:
FOX, M. V., The Song of Songs and the Ancient Egyptian Love Songs, Wisconsin, University of Wisconsin Press, 1985.
LUZARRAGA, J., Cantar de los Cantares: Sendas del amor, Estella, Verbo Divino, 2005.
MORLA, V., Poemas de amor y deseo: Cantar de los Cantares, Estella, Verbo Divino, 2004.
SCHÖKEL, L. A., Cantar de los Cantares, Estella, Verbo Divino, 1990.
¡El Cantar de los Cantares es único!
Desde luego.
Muy bonito poema y magnífica descripción
También está el tópico del amor que idealiza la apreciación del ser amado.
Ella se reconoce como una flor común, él la destaca entre las otras espinosas.
Ella lo ve y aprecia entre los árboles del bosque.
Bien dicho.
Lo lei en secundaria,no lo aprecie como ahora.
Me alegra haber tenido algo que ver con que lo aprecies. ¡Saludos!
Inexhaustible prosa. Para todos los tiempos.
Lo mejor que pude haber hecho es seguir tu pagina, mil gracias por compartir todos estos poemas tan antiguos para nosotros.
Me ha gustado la interpretacion/comentario.Gracias.
Deseo pertenecer a esto
Ahora me queda clara algunas cosas. Gracias
Hermosa explicación gracias